lunes, 16 de diciembre de 2013

★ Capítulo 3 - La noticia

Eileen se despertó más cansada que nunca, tenía todo el maquillaje corrido, y aún llevaba el vestido puesto.
- Leen, ¿Bajaras a desayunar? - le dijo una voz femenina.
- Ahora bajo mamá.
Se levantó de la cama, se limpió la cara, se puso un chándal corto y bajó hacía la cocina, donde su desayuno ya se encontraba encima de la mesa, y sus dos hermanos, uno del cuál era postizo.
- Buenos días. - dijeron los dos a la vez.
- Buenos días. - contestó Eileen cogiendo su tostada.
Los chicos no paraban de hablar de la noche perfecta que tuvieron ayer con sus ligues.
- ¿A ti hermanita cómo te fue? - preguntó Omar.
- Muy bien. - mintió.
Comió rápidamente su desayuno, por qué tenía miedo a que su hermano le preguntará algo más.
- Por cierto... Álex me dijiste que sabías con quién salía mi hermana. - Eileen abrió los ojos y le miró amenazándolo.
- Te estaba tomando el pelo. - reaccionó él.
- Qué no salgo con nadie. - Eileen puso fuertemente las manos sobre la mesa en señal de protesta, y se levantó molesta, y sin recoger sus cosas se fue al salón.
- No era necesario que te pusieras así. - le advirtió Omar.
Eileen sin hacer caso cogió el mando de la televisión y empezó a zapear.
La puerta principal se abrió, donde apareció su padre.
- ¡Ya estoy en casa! - Anunció Jack.
- ¡Hola papá! - dijo Omar.
El hecho que por fin llegará Jack, hizo que incluso Álex se reunieran en el salón donde se encontraba Eileen.
Jack había estado de viaje por negocios y había traído unos regalitos a sus queridos hijos y a Álex que era como uno.
- Así qué contadme como fue la graduación.
- Qué te lo cuente mamá. - ironizó Eileen. - Perdona... que ella tampoco estaba, mejor hablad con la madre de Melanie que ella os lo podrá contar todo, todito, con pelos y señales.
- ¡Leen! No seas así. - se quejo Jane.
- Es verdad mamá. El día que vuestros dos únicos hijos se gradúan no aparecéis... vaya clase de padres. Y no creas que con regalos me voy a olvidar.
- Pues espero que con este nos perdones a tu madre y a mí. - Jack sacó unos billetes de su chaqueta. - He reservado un apartamento en la playa, por dos meses.
- ¿¡Qué estás loco yo no me quiero ir de vacaciones! - se quejó Eileen.
- Ya vendrá Álex en tu lugar. - mencionó Omar
- Ya había pensado en él, y también se viene, si quiere. - anunció mi padre. - Y por supuesto Melanie también.
- ¡Oh! Gracias papá postizo. - dijo Álex abrazando a Jack.
- Lo que me faltaba...
- Anda ve a llamarla que nos tenemos que ir dentro de tres días.
- ¿Tres días? - es muy pronto.
Eileen no quería irse quería vengarse del carbón de Raúl y tenía planeado hacerlo durante el verano, cuando menos se lo esperase.
Subió a la habitación para poder contárselo a Melanie, ella aún no se creía que pasaría el verano sin su amiga, pero todo cambio cuando le dijo que podía venir.
Melanie estaba más ilusionada que Eileen, pero sabía que primero se lo tenía que preguntar a sus padres.
- Cuando lleguen se lo pregunto y te llamo ¿Vale?
- De acuerdo espero que te dejen. - la puerta de su habitación se abrió. - Nos vemos por la tarde, a las 4 en el cruce de tu calle ¿Okey? Tengo que contarte muchas cosas.
- Nos vemos allí. Un beso.
Eileen hizo el sonido de un beso y colgó. La persona que había entrado ya se encontraba sentada en su cama.
- ¿Qué quieres? - Dijo Eileen
- Teníamos un trato... yo te iba a recoger y tu me contabas que te había pasado. - le recordó Álex
- ¡Bfff! De acuerdo... Pero como le digas algo a mi hermano te corto los huevos...
- No me das miedo.
Eileen le contó por encima lo ocurrido, no le dio los detalles de que él se quería acostar con ella.
- Se va a enterar. Cuando está tarde lo pillemos.
- ¡No! No quiero que hagas nada.
- Pero... No se deja tirada a una chica en un área de descanso ¡Es un carbón!
- Pero quiero vengarme yo.
Entonces la puerta de la habitación se abrió.
- ¿Qué haces aquí? - le preguntó Omar a Álex.
- Nada, vine a decirle que no tenía que ser tan arisca con vuestros padres.
- ¡Bah! Déjala y vámonos que me han llamado Iris y Kate para ir a la piscina, por cierto, que paso con Kate me dijo que la dejaste tirada, que te fuiste sin decir adiós.
- ¿Eh? Nada, movidas mías. Vayámonos.
La mañana transcurría aburrida para Eileen, se encontraba sola, sus padres habían ido otra vez al trabajo, y Omar y Álex se habían ido a la piscina.
La hora de comer se acercaba y Eileen se moría de hambre. Como parecía que cuando los otros llegasen ella ya se habría muerto de hambre. Salió del salón en el que se encontraba para cocinarse algo.

Su metro sesenta no ayudaba nada en eso de cocinar espaguetis ya que se encontraban arriba de todo. Cogió un pequeño tamborete de madera y se subió encima, cuando ya casi los tenía, el tamborete se movió con tanta mala suerte que cayó, haciendo que su pie se doblara.
Muerta del daño cogió un pañuelo y hielo y se fue al baño a curárselo.
Mientras en la casa llegaban los dos chicos sin camiseta. Álex fue directo al baño y abrió la puerta sin preguntar.
- ¿Qué te ha pasado? - preguntó este.
- Nada... Un accidente cocinando. - ¿Y a ti? - preguntó ella al ver el lado derecho de su cuerpo y parte de la espalda con sangre.
¿Eh? - dijo mirándose el cuerpo. - ¡Ah! ¿Esto? - asintió ella poniendo hielo en el pie despacito.- No te preocupes que no es mía. Nunca dejaría que me hicieran daño. Aunque sé que tu saldrías ayudarme. - ironizó con esto último.
- ¿De quién es? ¿Con quién os habéis pegado? ¿Con Raúl?
- De verdad que quieres saberlo. - Asintió. - Si con Raúl. - y antes de que Eileen se quejará. - Pero no solo con él, con todos sus amigos. Y tranquila que yo le pegue por lo que te hizo, pero tu hermano no sabe nada.
- Os vais a meter un buen lío.
- Yo creo que no. - sonrió Álex.
- Anda siéntate - le dijo Eileen levantándose. - te voy a limpiar la sangre. Mírate la camiseta por si tienes sangre que la pondremos a lavar.
- En la camiseta no tengo, pero si en los... pantalones. - dijo este avergonzado.
- Sácatelos entonces.
- ¿Así de fácil? - Eileen lo miro extrañada. - ¿No vas a invitarme a cenar antes?
- ¡Idiota! Mejor lávate tú. - dijo abriendo la puerta dispuesta a irse.
- No... Por favor que yo a la espalda no llego. - le dijo después de cogerla por el brazo para que no se fuera.
- De acuerdo pero los chistes malos como ese te los guardas para ti.
- De acuerdo.
Álex deicidio no sacarse los pantalones por culpa del comentario tan inapropiado que hizo.
Eileen avergonzada por tener a Álex tan cerca de ella cogió una toalla y la mojo. Empezó por limpiarle los de la espalda, a pesar que se encontraba bastante nerviosa por tocar el cuerpo definido de ese chico. Una vez terminada la espalda se puso de rodillas a su lado para poder limpiarle mejor el lado de las costillas, pero Álex se le escapó una risa que ella pudo apreciar.
- ¿Otra vez con comentarios inapropiados?
- ¡No he dicho nada! - se quejó Álex
- Tu risa te delata. - Eileen se levantó y le entregó la toalla. - Toma, aquí ya te llegas.
- Como eres Leen. - se echó a reír.
Eileen salió del baño cojeando, Álex la vio y antes de que ella se diera cuenta la cogió en brazos y la llevo hacía el sofá.
- ¡Suéltame!
- Pero si no puedes andar.
- Pero aun tienes sangre y la estoy tocando ¡qué asco!
- Eso pasa por no haber terminado. Además es sangre de tu chico no tendría que hacerte manía. - le susurró esto último para que Omar no se enterara.
- ¡Idiota! - dijo cuando ya se encontraba en el sofá
- ¿Qué ha pasado? - preguntó Omar.
- La enana esta que es muy torpe. Ahora le traeré hielo.
- No soy torpe, el tamborete se movió.
- ¿Bueno que quieres para comer?
- Estaba a punto de hacerme unos espaguetis.
- ¿Solo para ti? Agarrada...
Omar se dirigió a la cocina y se puso a cocinar los espaguetis y trozos de lomo.
Mientras Álex aparecía con la bolsita de hielo y un pañuelo de ropa. Sin preguntarle cogió el pie dónde vio que se había hecho daño y le ligo la bolsita.
- Enana pon la mesa.
- No te preocupes.. Ya voy yo.
Álex se fue a la cocina para poner la mesa, mientras Eileen creía que era una princesa con su hermano postizo cuidándola, pero ella no sabía que ese verano todo iba a cambiar.

Ya eran casi las cuatro de la tarde, e iba a llegar tarde y Melanie se enfadaría a nadie le gusta esperar, y menos a ella.
Se había quedado dormida en el sofá, y corrió rápido a la habitación a ponerse su bañador y preparar la bolsa. Salió corriendo de la casa dejándola vacía, ya que era la única alma que se encontraba allí.
- ¡Perdona! -Le suplicó Eileen.
- No importa mujer.
- ¿No importa?
- ¡ Tengo que contarte muchas cosas!
- Y yo... - Agachó la cabeza. - Anda no perdamos tiempo.
Llegaron a la piscina, y a la primera persona que vieron fue a Raúl con muchos rasguños y morados. Y sus amigos estaban igual. Pero él estaba peor.
- ¿Qué le ha pasado a tu chico?
- Ya no es mi chico. - dijo Eileen secamente.
Melanie se quedó en shock, ¿cuándo su mejor amiga se había quedado sin novio? Pronto lo iba a descubrir.
Raúl miro a Eileen con una sonrisa en la cara, ella se puso de los nervios y solo tenía ganas de ahogarle bajo el agua.
Eso estuvo a punto de pasar después de que Melanie se enterará de lo sucedido.
- Y dime... ¿qué querías contarme?
- No sé yo... si después de lo que tú me has contado... no sé si es bueno o malo...
- Anda Mel escúpelo.
- Que anoche... Cuando te fuiste... Me enrolle con...
- ¿Con quién? - se emocionó Eileen
- ¡Hola! Querida hermanita. - Pasaban Omar y todos sus amigos por delante suya y no muy lejos de ellas se pusieron con las toallas.
- Anda cuéntame, ¡¿Con quién?!
- Con... Paul
- ¿Paul? - Eileen puso cara de horror. - ¿El mejor amigo de Raúl? ¿Ese Paul? - Melanie asintió a las dos preguntas. - ¡Bff! Bueno mientras solo sea cosa de una noche...
- En realidad... No lo sé. Por qué esta mañana nos hemos vuelto a ver...
- ¡Ay Mel! Como los dos sean iguales, nunca te vayas con él a una área de descanso. Siempre cerca de casa.
Las dos se echaron a reír no pasando desapercibidas por los que estaban a su lado.
Después de varios minutos de habla descontrolada, se dirigieron al agua. Poco tardo en aparecer Paul con Raúl.
- Hola preciosa. - le dijo Paul a Melanie
Álex desde la toalla vio como esos dos se acercaban a ellas, y como Raúl empezaba a tocar a Eileen que ella claramente rechazaba.
- Omar, creo que Raúl está jodiendo de nuevo... - le dijo a señalando donde se encontraban.
- ¡Vamos!
Todos se levantaron y fueron directo dónde se encontraban.
- ¡Aléjate de mi hermana! - le advirtió Omar.
- ¿Por qué? A caso no te ha contado aún... - miro a Eileen con una sonrisa de oreja a oreja. - ¿qué estamos saliendo?. - Omar no se creía lo que estaba escuchando.
- ¡Eso es mentira! - se defendió Eileen. - ¡Nunca! Nunca saldría con carbón como tú.
- Eso no me decías al oído la noche de la graduación...
- Te decía que te apartaras de mí.
- Ya claro... Mientras me besabas. Y te dejabas subirte la falda encima de mi capó.
- ¡Ya basta! - Omar se lanzó hacía él para ahogarle y el resto de los amigos de Raúl que llegaron mientras ellos dos estaban hablando salieron al rescate.
Mientras los chicos se peleaban Eileen salió de la piscina, cogió sus cosas y se fue para casa llorando.
Melanie que la vio salió en su búsqueda, pero primero se despidió de su amigo... qué no estaba peleando aún.
Muy pronto vinieron los socorristas los separaron y los echaron de la piscina por todo el verano.
- No te vuelvas a cercar a ella, si no me aseguraré de hacerte la vida imposible. - le dijo Omar a Raúl.
En casa, se encontraban las dos, Eileen llorando y Melanie intentando consolarla.
- Es que no sé por qué lo ha hecho, o si, no sé, sabía perfectamente que si mi hermano se enteraba le iba a matar.
- Solo lo ha hecho por venganza Leen, solo por eso...
- ¡Eileen! - se escuchó un grito desde el recibidor. - ¡Eileen! ¡Eileen! - los gritos cada vez se acercaban más. - ¡Eileen! - dijo Omar abriendo la puerta.
- ¡Te juro que todo era mentira! Bueno... casi todo.
- Yo mejor me voy al salón... nos vemos después. - dijo Melanie.
Se quedaron los dos hermanos en la habitación, Eileen no sabía cómo contarle que llevaba muchos meses enamorada de Raúl en secreto y cosa de tres semanas este le pidió para salir, y ella como una estúpida acepto.
- Te juro que lo del capó es completamente falso. Solo hacía que apartar sus sucias manos de mí. Así que se enfadó y me dejo tirada allí.
- Ese carbón... le mataré. ¿Volviste andando?
- No... Llame a Álex para que viniera a recogerme...
- ¿Álex lo sabía? ¿Y no me ha dicho nada?
- Porque se lo pedí yo...
- Eso no importa. Eres mi hermana pequeña y te quiero. No querría nunca que te pasará nada. Tienes que confiar más en mí.
Eileen al escuchar esas palabras le abrazo muy fuerte y le prometió que confiaría más en él.
Bajaron al salón donde se encontraban Álex y Melanie discutiendo
- Tu qué vas a saber. - se quejó Melanie.
- ¿Qué pasa? - pregunto Eileen.
- El idiota este... qué no sabe del que habla...
- Anda, Raúl y Paul son iguales, los dos son muy cabrones.
- ¡Ah! ¡Cállate! - Omar y Eileen se pusieron a reír.
- Estoy de acuerdo... - dijo Omar entre risas.
- ¡Leen! ¡Diles algo!
- Bueno... Yo también creo...
- ¡Lo que me faltaba! ¡Una amiga que no me apoya! - dijo está levantándose del sofá. - Mejor que me vaya nos vemos mañana o el próximo o cuando vuelvas.
- ¡Mel! ¡Espera!
- Adiós. - dijo saliendo por la puerta.
Eileen fue detrás suyo pero fue parada por Omar.
- Dios... ¿Qué he hecho? Por qué hablaría.
- Ya se le pasará... - dijo Omar.
- Se nota que sois hombres y que no entendéis a las chicas... Voy a llamarla.
La llamo exactamente 42 veces durante toda la tarde y Melanie no le cogía el teléfono. De tanto llamarla se quedó dormida, sin cenar.

¿Os gusta?

No hay comentarios:

Publicar un comentario