lunes, 11 de noviembre de 2013

★ Capítulo 1 - Fin de curso.

Después de muchos días levantándose temprano para poder ir al instituto, para ver a compañeros que no aguanta, a profesores que no soporta, y a conserjes mal olientes. Por fin ese era el último día que tenía que hacerlo después de ese largo curso. ¡Por fin terminaba segundo de bachillerato!
Se levantó con prisa, aunque era el último día de clase, su querido amigo, el despertador, le volvió a jugarle una mala jugada, no sonando, o eso decía ella, porque en realidad el despertador sí que sonaba lo que ella duerme muy profundamente.
- ¿Hasta el último día vas a llegar tarde? - le pregunto su madre dejándole las tostadas con mermelada en la mesa de la cocina.
- E..eso cre..o - decía con la boca llena.
- Le diré a tu hermano que te lleve con el coche.
- No, no importa, ya me daré prisa. - y de repente su móvil empezó a sonar. Lo miro y se espantó al ver quien la estaba llamando.
- ¿No lo vas a coger?
- Si, ahora cuando termine. - dijo poniéndose en la boca lo poco que le quedaba en el plato. - Bueno me voy, hasta pronto. Te quiero.
Salió de casa, y al cerrar la puerta su móvil empezó a sonar de nuevo. Abrió su mochila y contesto la llamada.
- Hola cariño. - dijeron al otro lado del audífono. - vas a llegar tarde.
- Lo sé, lo sé. ahora vengo corriendo. Espérame en la puerta, por favor.
- Te esperaré 5 minutos después de que suene la alarma. Si no voy a llegar tarde yo también. Un beso nos vemos.
- Un beso cari... - y colgaron.
- ¿A quién le dabas un beso y le decías cariño? - dijo una voz masculina detrás de mí.
- A ti que te importa. - le gruño y le giró la cara.
- Anda enana, yo te llevo. Que vas a llegar tarde.
- Vamos a llegar tarde, querido hermano, que te recuerdo que tú también estás estudiando. - le dijo mientras se subía al coche.
- Ya pero esto ya hace un año que lo viví, si llego tarde tampoco me van a echar en falta. - dijo Omar yendo de camino al instituto.
Llegaron justo cuando la alarma sonaba, pero su hermano se entretuvo unos minutos buscando aparcamiento. Cuando aparcó el mejor amigo de Omar, Álex, apareció por detrás de ellos.
- Buenos días. Tan puntuales como siempre. - ironizó.
- Bueno yo me voy, que no quiero llegar tarde. - dijo Eileen alzando la mano agitándola diciendo adiós.
- Buenos días a ti también. - le chilló Álex. Y la única respuesta que recibió fue el dedo del medio de la chica levantando. - Cómo me pone tu hermana. - dijo mordiéndose el labio inferior.
Omar reaccionó y le metió una colleja en la cabeza, que hizo que Álex agachara la cabeza. Cerraron con llave el coche de Omar, y empezaron andando hacia el instituto, les daba igual llegar tarde, el discurso de la directora ya lo escucharon el año pasado.
- Estoy preocupado. - dijo Omar por el camino. - Creo que mi hermana tiene novio.
- ¿Y eso te preocupa? - le interrogo.
- En realidad... me preocupa la clase de chico que sea, por que como sea mujeriego como tú... - dijo preocupado
- Muchas gracias. - le sonrió falsamente.
- Tengo que averiguar quién es e investigarlo, para que no le haga daño. - Por fin llegaron a la sala de actos donde la directora ya había empezado el discurso y tuvo que parar al ver que los jóvenes se giraron a verlos.
- Pasad, pasad con tranquilidad y cuando quieran siéntense. - les dijo la directora.
- ¡Gracias señora Gómez! - le chilló Álex con una sonrisa de oreja a oreja, feliz por ser el centro de atención.
- Suerte que el año que viene ya no estarás. - le contesto la señora Gómez. - Bueno como iba diciendo... - la directora siguió su discurso.
En otro lugar de la sala, Eileen había llegado justo a tiempo para sentarse con su mejor amiga y su novio, sin tener que ser el centro de atención como ellos.
- Tu hermano y su amigo se creen muy graciosos. - le susurró Raúl al oído. y ella solo movió los hombros en señal de duda. y siguieron prestando atención al largo y aburridísimo discurso de la señora Gómez.
- Y recordad, pasad un buen verano, que cuando empecéis las universidades nos vais a echar en falta. - al decir la última frase de su discurso, los cuatro que estaban atentos empezaron a aplaudir, y todo el mundo los siguió dándose cuenta de que el discurso daba por terminado.
- El mismo comentario que el año pasado... ¿es que no sabe ninguno más? - le susurró Álex a Omar.
- Anda vayamos a almorzar, que por una vez que nos dan una cosa gratis en este instituto... tenemos que aprovechar. - dijo Omar.
Al terminar el discurso todo el mundo se levantó rápidamente por que querían salir de esa infernal sala donde se estaban muriendo de calor. Todos se fueron al comedor, donde ya se encontraban las mesas puestas con muchos cruasanes, cocas, ensaimadas, zumos, etc...
Eileen se fue con Melanie porque sabía que su hermano no podía verla con un chico a su lado, ya que se volvería loco y empezaría a recriminarle.
Ellas cogieron una bandeja que ya se encontraba vacía y la llenaron de mucha comida sabiendo que nunca se la iban a terminar, una vez la bandeja se encontraba llena fueron a sentarse en su mesa de siempre a conversar.
Por otro lado, su hermano Omar y Álex, se acercaron a un grupito de chicas de un curso inferior, que siempre iban detrás de ellos, a despedirse, ya que no volverían
a perseguirlos por los pasillos.
- Ya repetimos una vez por vosotras... ya no podemos repetir más... ¿qué pensarían de nosotros? - dijo Omar
- Por ellas... ¡Já! - dijo una voz de un chico detrás de ellos. - repetisteis por que sois tontos.
- ¡Repetimos para poderte partir la cara un año más! - le amenazó Álex.
- ¡Atrévete! - le reto el chico que lleva incordiándolos desde siempre.
- Mira Raúl, no le provoques, que es el último día y no me gustaría ver a la Señora Gómez. Y ve a buscar a tus ligues a otro sitio.
- No necesito ligues, en mis garras ya tengo a una chica, y virgen, pero eso se le terminará pronto. - les guiño un ojo.
- Pues que te aproveche. - le contesto Omar.
Pero Raúl no se iba, se quedo allí mirando a Omar con una sonrisa con aire de superioridad. Los dos mayores, se sentían incomodos, se levantaron a molestar a la hermana menor de Omar.
- Pero tiene ese punto de malote que me encanta. - le dijo Eileen a Melanie
- ¿Habláis de mi? - dijo Álex sentándose encima de la mesa
- ¡Por supuesto que no! - le dijo Melanie - hablamos de...
- ¡De nadie! - la interrumpió Eileen. - ¿Qué queréis?
- Nada, solo veníamos a veros, que hoy es el último día de escuela y se os ve muy aburridas. - dijo Omar
- ¿Por qué mientes a tu hermana? - le pregunto Álex. - Hemos venido para no partirle la cara de Raúl.
- ¿Raúl? - preguntó Melanie. - ¿Por qué? - dijo ella sonriente.
- Mataríamos a ese niñato de mierda. - Amenazó al aire Omar.
- ¡Tío! ¡Es el último día de clase! ¡Hagamos la última! - se emocionó Álex. - Y creo que ya se quién puede ser la víctima. - sonrió maliciosamente.
Los dos se fueron a organizar la última gamberrada del curso.
- ¡Se lo tenemos que contar a Raúl, va a ir a por él! - se desesperó Eileen.
- Va, no seas agua fiestas. Va a ser divertido. No le avises. - dijo Melanie pensando lo que esos dos podían llegar a preparar.
-Claro, si te enterases que quieren joder a tu novio, ¿qué harías? ¿te callarías? ¡No! Pues yo tampoco. Voy a llamarle. - cogió el teléfono de su mochila y ya estaba dispuesta a marcar cuando Melanie se lo arrebato de las manos. - ¡Qué haces!
- Vamos... quiero reírme. - dijo levantándose de la silla y echando a correr por toda la sala bajo las miradas de todos los otros alumnos.
Por otra parte los dos chicos, paseaban por los pasillos vacíos del instituto, pronto iba a sonar la alarma y tendrían que regresar a las aulas, a decir el último adiós. Aun que sabían perfectamente que muchos de ellos en el verano seguirían viéndose.
La alarma sonó, solo faltaba una hora para salir de esa cárcel, Eileen y Melanie, se fueron hacia su aula, Eileen estaba enfadadísima por que al final no puedo avisar a Raúl. En clase intentó echarle miradas en tenedoras que le digieran "Cuidado mi hermano y Álex van a por ti" pero en ningún momento Raúl se giró a mirar a Eileen, es más, no paraba de hablar con la chica de su lado Cloe.
Por fin llegó la tutora, feliz, por primera vez veía a su tutora reirse, se notaba que estaba contenta de perder a todos sus alumnos de su vista.
- Eileen, ¿Dónde se encuentra tu hermano? ¿Volverá a llegar tarde?
- Soy su hermana, no su confesora. No sé dónde se ha metido. - dijo mirando con rabia a Raúl, que no para de hablar con Cloe. No se giró ni para ver lo que decía.
Justo cuando se sentó, le sonó el móvil, le llegaba un mensaje de su hermano. O eso creía ella. "Enana, soy Álex, tú hermano no quería avisarte, cuando entremos escóndete. Jajajaja."
- ¿Nada más? - susurró por lo bajo.
- ¿Qué dices? - le pregunto Melanie.
- Ehh... Un mensaje... - le pasó el móvil.
Melanie se extraño, pero pronto lo entenderían. La profesora termino de decir su pequeño discurso, de lo bueno que fue tenerlos como alumnos, pero se le notaba mucho que se alegraba mucho de no tenerlos, también dijo que esa noche controlasen, y que llegarán puntuales a la ceremonia de graduación.
Eileen que estaba sentada en la hilera de detrás de todo de clase, vio por la segunda puerta de la clase una sombra, como si alguien hubiera pasado corriendo. Y de pronto en esa puerta vio pasar a alguien más un poco más tranquilo, que se paró delante de la ventana de la puerta y se giró, entonces Eileen, por mucho que tuviera los ojos dormidos por lo aburrido que estaba siendo aquello, pudo reconocer que era Álex, que sonreía y le guiñaba un ojo, y se volvía a esconder un poco.
Entonces, las dos puertas se abrieron y un montón de chicos entraron con capucha y algunos de ellos en sus manos llevaban extintores, las chicas de la clase empezaron a chillar, y Eileen cogió a Melanie y aprovechando la segunda puerta, la sacó de allí.
- ¿Qué haces? Quería ver que pasaba. - se quejó Melanie.
- Son Omar y los de su edad. No habrá nada bueno que ver. - se quedaron el pasillo.
Mientras en la clase, todo se estaba llenando de espuma, muchas de las mochilas de los alumnos empezaron a salir por la ventana, las chicas se recogieron todas en una esquina, que cuatro de los que habían entrado las estaban poniendo perdidas. Los chicos de clase amenazaban en pegarlos si les rociaban con espuma, pero nunca terminaban las amenazas, porque venía otro por detrás y les rociaba en medio la cara.
Con tantos gritos los otros alumnos querían salir de las aulas a ver que era lo que ocurría, pero pronto lo descubrirían.
- ¿Qué hacéis vosotras en el pasillo? - Les preguntó la Señora Gómez a Melanie y a Eileen.
- Escapamos. - Dijo Melanie.
La Señora Gómez entró, se quedó horrorizada con todo el desastre que se estaba ocasionando, uno de los encapuchados silvó, todos se girarón y al ver a la Señora Gómez a acompañada por más profesores echarón a correr. Salierón por el pasillo, dejando rastros de espuma por el pasillo, y a uno de ellos le cayó la cartera, y Eileen fue rápido a recogerla.
- Vosotras dos para clase. - nos ordenó la tutora.
Eileen y Melanie al entrar y ver el desastre ocasionado no pudieron evitar reír. Eileen se dio cuenta que la mala jugada que Omar y Álex habían planeado no era para Raúl, aunque eso le cabreaba, por qué después de que estuviese todo ese rato hablando con ella la mosqueó.
- ¿De qué se ríen ustedes dos?. - preguntó la señora Gómez.
- No puede negar que no tiene gracia. - Dijo Eileen. - Nadie nos ha explicado mejor que esa pared como era el cuerpo humano desnudo.
Al decir eso todos se giraron al ver la pared de la pizarra donde se encontraba dibujado una mujer encima de un hombre, los dos desnudos y con sus dotes bien remarcados. Encima de la mujer ponía Sra. Gómez, y encima del hombre Sr. Gómez.
- Juro que me enteraré de quien ha sido, no se irá nadie del instituto sin antes pasar por mi despacho. - Dijo la Sra. Gómez roja de ira.
- Señora Gómez, creo que le gustaría saber que Omar y Álex no se encontraban en la sala. - dijo la tutora.
- Ya tenemos a los culpables.
- ¡Eh! - se quejó Eileen. - Qué no estuvieran en clase no quiere decir que hayan sido ellos.
- Todos conocemos el historial de esos muchachos. Y nos tendrían que dar una buena cuartada para que no les incriminemos. - De pronto por la puerta entran Omar y Álex.
- ¿Qué eran esos gritos? - preguntó Álex.
- ¿Dónde se encontraban? - preguntó la tutora sin contestarles.
- Estábamos con los del comedor ayudando a recoger todo el almuerzo de hoy. - dijo Omar.
- ¡Seguro que es mentira! - se quejó Raúl limpiándose aun la espuma del extintor.
- ¿Qué pasa? ¿Se te han corrido encima? - Dijo Álex en tono burlón.
- ¡Señorito! - le recriminó la tutora. Pero a todos se les escapaba la risa por debajo de la nariz.
- Vamos a comprobar si es verdad lo que dicen. Como haiga un poco de mentira en esas palabras, serán los principales culpables.
La señora Gómez salió del aula, y fue a corroborar la cuartada de los chicos, que por suerte, su viejo amigo Ramón les ayudó por última vez a salir de los líos dónde se metían.
- Están ustedes dos libres, por la gran ayuda que han prestado en el comedor. - dijo la Señora Gómez. - aun qué a mi me da la pinta de que habéis sido vosotros.
- ¡Señora Gómez! A nosotras nos encontrasteis en el pasillo, no estábamos en el aula. ¿Estamos libres? - dijo Melanie.
- ¡Por supuesto que no! ¡Podéis perfectamente ser cómplices! Y como se que nadie va a confesar ni ahora ni en el despacho, nadie se irá si antes haber lavado todo este desastre. Y de quien llena los extintores ya hablaremos...
La Señora Gómez se fue acompañada por la tutora, Omar y Álex. Donde los dos últimos se fueron dónde el coche de Omar para esperar a Eileen.
Todos bajaron al apestoso cuarto de conserjería en busca de utensilios para poder fregar. Cloe y sus amigas Barbara y Aina fueron la burla de esa mañana a la hora de limpiar, porque les daba asco tener que limpiar, así que hicieron que limpiaran el retrato del matrimonio Gómez.
- Tú hermano y sus amigos me las va a pagar. - le dijo Raúl a Eileen.
- ¡Ellos no han sido!
- Sabes perfectamente que sí, todos ya les conocemos. Vamos Eileen soy yo, tu novio, no les defiendas contra mí.
- ¡Bah! Ve a hablar con Cloe, y déjame un rato sola. - dijo Eileen girándole la cara.
Eso de limpiar se estaba alargando mucho tiempo, y Omar y Álex se estaban aburriendo en el coche, ya se estaba haciendo tarde, y se estaban muriendo de hambre, así que decidieron marcharse.
Cuando terminaron de limpiar, y ya habían recogido lo que esos encapuchados habían lanzado por la ventana, todos los del último curso por fin se iban para casa.
- Vamos cariño, te llevo a casa. - se ofreció Raúl amablemente.
- Tranquilo me voy con Melanie. Nos vemos esta noche. - le dijo dándole un fugaz beso en los labios.
Ellas empezaron a andar dirección para su casa, y Raúl para su coche. Al llegar donde su coche vio que también estaba lleno de espuma blanca, con una frase "me he corrido encima tuyo" Este cabreado ya no dudaba de que habían sido ellos dos, y sus amigos. Y esa noche se iba a vengar con la hermana de Omar.
- Paso por tu casa media hora antes para maquillarnos. - le chilló Melanie a Eileen que ya estaba entrando a su casa.
- ¡Por fin llegas! - le dijo Omar que se encontraba echado en el sofá.
- ¡Sois unos cabrones! ¡Nos han hecho limpiar! - dijo enfurecida dejando la mochila encima del sofá.
- Lo sé. - se echó a reír Omar. - Tienes la comida encima de la mesa, caliéntala.
- No tengo hambre. - dijo y se marchó a su habitación.
Se encerró en ella y se miró al espejo, se levantó la camiseta... y tocó sus cartucheras, sabía perfectamente que no estaba gorda, pero así se sentía. Miro el armario donde se encontraba el vestido para esa noche. Aún no se creía que hubiese aprobado el bachillerato a la primera, sin tener que repetir, aunque sabe que ella no es muy lista, por mucho que le dijesen que sí. Pero por fin lo pasaba. Y la prueba para un Ciclo Superior la había superado. ¿Universidad? ¿Qué es eso? Claro, que le encantaría vivir esas súper fiestas que se echan en las películas americanas, pero solo era eso, películas. Además tampoco entraba en Arquitectura con la medía que le había quedado.

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