jueves, 21 de noviembre de 2013

★ Capítulo 2 - Graduación.

Eileen dormia placidamente en su habitación mientras en el salón se encontraba Omar jugando a la PlayStation. Cuando llamaron a la puerta principal.
- ¿Quién coño está llamando a la puerta a estas horas? - se quejó Omar.
- ¡Somos nosotros! - dijeron unas cuantas voces detras de la puerta.
- Vais a tener que esperar a que termine la partida.
- ¡Anda ya! ¡Vamos Omar abre la maldita puerta!
Mientras en la habitación de arriba Eileen se había despertado por culpa de los chillos de unos cuantos chicos debajo de su casa.
Bajó las escaleras medio dormida, hasta llegar a la puerta y poder abrirla.
- ¡Por fin abres tio! - se quejo un chico rubio entrando en la casa sin pedir permiso.
- ¡Por supuesto... pasad, estáis en vuestra casa! - ironizó Eileen.
- ¡Gracias enana! - dijo Álex despeinandola.
Ella como si no hubiera escuchado nada, se fue hacía a la cocina a servirse un vaso de agua.
- ¡Oh! ¡Muchas gracias! - dijo un chico arrebatandole el vaso de agua de las manos.
- ¡Álex! ¡Devuelvemelo! - dijo Eileen lanzandose encima de él haciendo derramar todo el agua encima suyo - Te lo mereces.
- Bueno... Solo es agua... Tiene fácil remedio. - dijo quitándose la camiseta, dejando al descubierto su cuerpo de atleta. - Que fresquito estoy. - Él se percato de que Eileen le estaba mirando embobada. - ¿ Te gusta?
- ¿Eh? Por supuesto que no, he visto de mejores. - dijo sirviéndose otro vaso de agua, el cual no iba a dejar que le quitará.
-¿Tu novio está mejor que yo? - preguntó Álex con intención de sondacarle si tenia novio.
- ¿Eh? - Eileen se quedo confusa. - Yo no tengo novio. Pero hay muchos mejores que tu.
- Que mentirosa eres. - se echó a reír.- Pronto descubriremos con quien sales, no es necesario que me mientas a mi, soi tu hermano postizo, no voy a juzgarte.
- ¡Bfff! que pesado... - dijo ella yéndose hacía a la habitación.
En el salón estaban Omar, Álex y todos los chicos de su antiguo curso.
- Que bien me lo he pasado, hacia mucho que no veía a la Señora Gómez. - dijo el chico rubio.
- Lo mejor de eso a sido ver su cara. - Dijo uno de los muchos chicos que había.
- Eres un artista, Diego. El dibujo se expresaba por si solo. - Todos echaron a reír.
- Aunque yo creo que esa mujer solo conoce el misionero, pobre marido.
Mientras los chicos estaban de risas, en la habitacion se encontraba Eileen, acababa de llamar a Melanie para que fuera ya a su casa, ya que no podria soportar a todos esos chicos en su casa. Pero Melanie dijo que eso no podia ser, que tenía que ayudar a su madre.
- Lo siento Leen nos vemos a las siete, un besito. - dijo Melanie, acto seguido colgó.
Eileen abrió el equipo de música, pensó en llamar a su querido novio, pero no quería ser una pesada que no le deja vivir, además estaría con sus amigos, como tenía que ser. Pero su querida amiga la dejo plantada.
Harta de no saber que hacer se puso a ordenar su querido armario al son de la música, a lo loco, no paraba de bailar con las prendas en la mano, de un lugar para el otro.
Cuando llego su canción favorita dejo lo que llevaba en la mano y se volvió loca. Ella pensaba en esa noche, pensaba que pasaría lo que la canción estaba cantando. Que se basaría con su novio bajo las estrellas mientras bailan pegados, en medio de una pista de baile al aire libre... Todo era tan bonito, pero se tuvo que romper. Unas risas empezaron a escucharse.
- ¡Como te mueves! - Dijo el chico rubio.
Eileen avergonzada cogió lo primero que encontro y se los lanzó, dando a la cabeza de Álex.
- ¿Qué te he echo yo? - dijo este cogiendo el estuche que Eileen le había lanzado.
- ¡Reírte! - se defendió.
- ¡Mentira! Creo que soy el único que no se ha reído.
- Escusas, ¡fuera todos de aquí! - amenazó Eileen cogiendo la zapatilla del suelo.
Rápido los chicos se apartaron y cerraron la puerta, pero en menos de un minuto la puerta se volvio abrir.
- ¡Qué conste que yo no me reído! Estoy demasiado acostumbrado verte bailar que has perdido toda la gracia.
Eileen sin pensarselo dos veces le lanzó la zapatilla que aún tenía en la mano, pero fallo, Álex ya había cerrado la puerta.
Cuando Eileen se dio cuenta ya eran casi las siete de la tarde y Melanie ya estaba apunto de llegar y ella aún no se había duchado.
Corriendo, fue a su baño abrió la ducha y dejó el agua correr, cogió su ropa interior y fue a ducharse.
La puerta principal sonaba, y nadie estaba dispuesto abrir, pero con la insistencia de esa persona, Omar se digno a levantarse.
- ¡Ya va, ya va! - dijo este molesto.
- ¡Por fin! Eres un vago. - se quejó Melanie
- Encantado de verte. - ironizó Omar. - Mi hermana está bailando en su habitación.
Melanie subió las escaleras y fue directa a la habitación de Eileen, pero ella no se encontraba.
- ¿Leena? - dijo sentandose en la cama.
- ¡Estoy en la ducha ahora salgo!
- ¿¡En la ducha aún?! - se quejó Melanie
- ¡Lo siento!
Melanie no estaba muy contenta por que sabia que llegarian tarde. Por fin Eileen termino de ducharse se aliso el pelo y se puso el vestido. Le quedaba perfecto. Despues de tantos días sin comer, o sentirse culpable por comer, el vestido le entraba, aun que ella no estaba contenta aún.
- ¡Déjame maquillarte! - se ofreció Melanie
- Por supuesto que no.
- Anda ya, me has tenido aquí aburrida ahora me toca divertir.
Eileen al fin aceptó, sabía que era imposible negarse. Además no quería llegar tan tarde.
- ¡Estás preciosa! - exclamó Melanie. - ¡A Raúl le vas a encantar! - dijo chillando.
-¡Shhhh! Calla, te van a escuchar.
Pero era demasiado tarde, ellas no sabian que detrás de la puerta se encontraba Álex que iba a decirles que ellos ya se iban.
- Además, estás muy equivocada, Raúl lleva toda la tarde sin decirme nada... - dijo Eileen apenada.
Mientras las chicas recogían sus cosas, en el salón...
- ¡Omar! ya sé con quién está tu hermana.
Omar al escuchar eso abrió muchos las orejas para poder escuchar mejor.
- ¿Quién?
- ¿Nos vamos? - dijo Eileen apareciendo por la puerta dejando boca abiertos a todos los presentes.
Eileen iba con un vestido nwgro corto y sin mangas, unos tacones altísimos y un recogido espectacular, y Melanie iba con un vestido blanco con un cinturón marrón y bailarinas, con el pelo arrizado.
- ¿Ellos también vendrán? - preguntó Eileen.
- Por supuesto, no vamos a perdernos la graduación de estos dos hombrecitos. - dijo el chico del pelo largo.
- Pues vamos, no quiero llegar tarde. - dijo Eileen dirigiéndose hacía la puerta.
Ya en el pabellón, Omar no se acordaba de lo que su mejor amigo tenía que contarle, y Álex no se acordaba de lo que tenía que decirle.
Todos en el escenario, y la Señora Gómez, empezó a llamarlos por el apellido en busca de su diploma. Omar sabía que ninguno de sus padres aparecería para ver como sus dos únicos hijos recibían la graduación, en canvio Eileen tenía un trocito de esperanza en su interior, y pensaba que llegarían justo antes de su nombre.
Pero todos los nombres habían estado mencionados, incluso el suyo y el de su hermano, y las dos sillas reservadas para sus padres estaban vacías.
- Tranquila cariño, lo he gravado todo en video. Tus padres van a poder verlo todo. - dijo la madre de Melanie. - Además Jorge ha hecho muchas fotos. - dijo señalando a su marido.
- Bueno mamá, nos vamos a la fiesta. - Melanie le dio dos besos a sus padres y se fueron.
Los taxis empezaban a llegar, y todos los que habían reservado uno, empezaron a subir, Eileen y Melanie reservaron dos asientos, por que no querían ir de fiesta con Omar y los otros.
En la discoteca había una enorme cola para poder entrar. Cuando le tocó a Álex no podía entrar, por que no encontraba su cartera, pero por suerte ya conocía al segurata.
Cuando todo el mundo se encontraba adentro Eileen aún no había recibido noticias de Raúl.
- Te veo amargada...
- Es muy tarde y no se nada de él... - dijo Eileen dando un sorbo al Vodka con Blue que llevaba en la mano.
- Ya aparecerá vayamos a bailar.
Cogierón las dos y fueron en medio de la pista a bailar.
- Bailabas mejor está tarde encima de la cama. - le susurró Álex al oído burlandose de ella.
Como respuesta, recibió el hielo que quedaba en el vaso de Eileen en su pecho.
-¡Estás loca! - dijo este yéndose.
- Se lo tiene merecido, por burlarse de mí.
Melanie se hecho a reir y fué en busca de otra ronda solo para ella.
- ¡Aquí estás amor! - dijo una voz que apestaba a alcohol y a tabaco.
- ¡No me toques! - se quejó Eileen
- ¿Y ahora que te pasa?
- ¿Qué que me pasa? Raúl, llevas toda la tarde, la ceremonia y la noche sin decirme nada.
- Estaba ocupado.
- ¿Con Cloe? - ironizó ella.
-¿Qué? - preguntó Raúl extrañado.
- Te piensas que soy... ¿tonta? Como ella te da cosas que yo no te doy, pues te vas por la tarde con ella...
- Anda ya Leen, sabes que no es verdad. Solo te quiero a ti. - Y esas palabras llegaron al corazón de Eileen.
- ¿Me lo juras?
- Jurado amor. - y le dio un largo beso.
- Tortolitos... os van a ver. - interrumpió Melanie.
- Tiene razón y si nos vamos... - le pregunto Raúl
- No, no quieri dejarla sola.
- No te preocupes me iré con María y las otras, pasadlo bien. Te quiero. - le dijo  
Melanie a Eileen
- Perfecto, marxemonos. - Dijo Raúl cogiendola por la mano y llevandose a Eileen sin dejar despedirse.
Salieron de la discoteca, cogierón el coche de Raúl y se fueron en una área de descanso que había cerca de allí.
Eileen salió del coche y fué a sentarse encima del capó del coche, y Raúl rápido se le lanzó al cuello.
Todo iba perfecto. besos y caricias bajo la luz de las estrellas, solo faltaba que bailasen por ser lo que ella había cantado esa misma tarde.
- ¿Quieres un poco? - dijo Raúl sacando un porro del bolsillo. Ella negó con la cabeza.
- No me vas a besar con ese mal aliento. - se quejó ella
- Vamos cariño... - insistió dándole un beso en los labios.
Solo faltaban unas cuantas horas para que el sol empezará a salir. Raúl ya no podía más, quería vengarse y quería hacerlo ya. Odiaba a Omar y a sus amigos, y ahora tenía a su querida hermana en su coche.
En cada beso que le daba, sus manos curioseaban por debajo de la ropa de la chica. Ella incomoda le cogía la mano y la sacaba de dónde se encontrase.
- Vamos cariño. - le dijo intentando subirle el vestido.
- No Raúl para, no estoy preparada.
- Has tenido casi 18 años para prepararte. - insistió él.
- Ya, pero no creo que este sea el momento.
Pero sin importarle lo que Eileen le acaba de decir, él insistió.
- Joder, que estrecha eres. Pues dime... ¿Cuando vamos a follar?
- ¿Eh?
- Vamos Leen, tengo 18 años, soy hombre y estoy muy caliente. - lo volvió a intentar
- ¡Qué no joder! - se quejó ella - No me toques. Llévame a casa.
Raúl se subió al coche y sin esperar a qye Eileen se subiera cogió el coche y se fue dejandola allí tirada en medio de la noche.
- ¡Eres un carbón! - le chilló
Pero ella se encontraba perdida, sabía perfectamente dónde estaba, pero estaba tan lejos de donde vivía que nunca llegaría con esos tacones. Llamó a Melanie pero su móvil se encontraba apagado.
- ¡Perfecto! - ironizó al viento.
Estaba perdida, ¿qué hacía? ¿volvía a pie? no, eso no podía ser y la secuestraban, ¿llamaba a su hermano? tendría que explicarselo todo... y sabía que eso sería aún peor.
Después de un largo rato pensando y pasanfo frio decidio llamar.
- ¿Di... diga? - dijo una voz
- ¿Álex? - pregunto Eileen
- S... ¿si?
- Necesito... ayuda... - Eileen no sabia como pedirle ayuda a él aunque fuera su hermano postizo.
Eileen aun recoradaba cuando solo tenía seis años y un niño malo la empujó e hizo que cayera, haciendose asi daño en la rodilla, ella solo hacía que llorar cuando apareció Álex a ayudarla. Y aún recuerda que le dijo, siempre que necesites ayuda pidemela, que seré el primero en ayudarte.
- ¿Te pasa algo? ¿Estás bien? - preguntó el extrañado.
- Si no te preocupes estoy bien, y no me pasa nada grave solo necesito que me vengas a buscar en el area de descanso. Por favor...
- Allá voy, cinco minutos y estoy allí.
Y sin pensarselo Álex dejo de lado a la chica con la quien estaba pasando la noche en busca de su hermana postiza.
Eileen se sentía tan mal por haber creído que Raúl la quería... ya se lo decía Melanie "No me fío de ese chico..."
A los pocos minutos un deportivo negro entro en el area de descanso, y paro al lado suyo.
- Anda sube enana. - le ordenó Álex.
Y sin decir nada, abrió la puerta y entro.
Álex no quería ir de prisa, quería que Eileen le contará lo que le había sucedido, pero ella unicamente hacía que mirar por la ventana ver los arboles pasar.
Álex se dio cuenta de qur Eileen no le iba a contar nada esa noche, ya que se estaba quedando dormida. Así que paro el coche en un arcén.
- ¿Ya hemos llegado? - preguntó Eileen abriendo los ojos.
- No.
- ¿No? ¿Porqué hemos parado?
- Cuentame que ha pasado, merezco saberlo.
- Bff - Sé quejó ella. - Ahora no. Tengo sueño.
- Me da igual, dime por lo menos quién ha sido el hijo de su madre que te abandona en una área de descanso como una cualquiera. ¿Raúl?
- ¡¿Qué?! - se horrorizó Eileen. - Por supuesto que no, porqué iba él ha...
- Os escuche detrás de la puerta. Se que estás con él.
- Estaba... - dijo Eileen. - ¿Lo sabe mi hermano?
- No, aún no le he dicho nada.
- ¿Y lo harás?
- Si me prometes que me contarás el que ha pasado, no dire nada.
- De acuerdo... - Eileen no estaba muy convencida. - Pero ahora no, estoy muy cansada.
- Entonces dime, ¿Raúl te ha dejado tirada?
- ¡Bfff! Si... Pero déjalo ya.
Llegaron, y Eileen se bajó del coche después de haberle dado las gracias.
Abrió la puerta, se sacó los zapatos y sin hacer ruido subió a su habitación dónde después de llorar se quedó dormida.

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